En el mundo noticiero de la semana pasada se han dado necrológicas varias y todas muy serias-como corresponde a blogeros muy serios, y también muy centrados en «aquello que debe salir en el blog»- . Así, se habló de Azcona, de Isabel Polanco, de Minguella, del hijo de Clifford Luyk, personajes que en su tarea profesional fueron importantes y valorados por todos.
Y todos los medios se pusieron serios- según la «categoría» del personaje, y en algunos casos el mundo de la cultura fue a funerales y etcétera, etcétera, etcétera…
Y también se murió Richard Widmarck, y pasó como de largo la noticia, porque, claro, pertenece a un mundo ya pasado de moda, donde no caben los héroes de película.
O sea, que a Widmarck que le den por retambufa, pobrecito mío, con lo que a mí me gustaba en sus películas, hasta cuando hace de malo; que tenía una forma de mirar que daba igual que fuera malo, porque tú – o sea yo- lo que quería era que se fuera de una vez con la chica, que siempre era tonta aunque fuera guapísima, y no se enteraba de que él era el malo, aunque fuera guapísimo…
Bien, pues he visto poco en la Red sobre este pedazo de actor, que, con un simple gesto llenaba el escenario y que mantiene al espectador atento a la pantalla pensando en qué estará pensando él cuando hace lo que hace…
Duro de película, un poco creo yo al margen de otros duros del cine – hace falta un articulo sobre esto: los «Duros» o los «malos» del cine- , porque solía hacer papeles más complejos que lineales, hasta cuando ejerce de psicópata.
Pero claro, la semana ha venido tan cargada de «muertos ilustres» que al pobrecito de Richard le han dado el papel de secundario…
Ya habrá recibido su Oscar allá donde esté.
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