Hay libros destinados a premios, aunque la viceversa no sea siempre exacta. A menudo no hay un premio destinado a un libro. Quiero decir, que hay libros que se escriben para presentarlos a premios, y que, de vez en cuando, ganan dicho premio o quedan finalistas del mismo. Suelen ser libros comerciales, que plantean historias destinadas a ser consumidas, mas que leídas, por eso que llamamos «la masa lectora». Este tipo de libros también ameniza las tardes de verano, y sale en las listas de los periódicos con el letrerito: «diez libros para leer en vacaciones». Son, lo que antes se llamaba libros de evasión. Literatura ligera, que no indigeste al lector, que no le haga pensar mucho, y que se pueda mezclar con la arena de la playa sin que suframos mucho, porque son de tapa dura y aceptan muy bien las manchas de la cervecita que nos estamos tomando, mientras los leemos con cara de Lectores Atentos.
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